Pedro Solís García ganó su primer Goya con el corto de animación "La Bruxa" en el año 2011.
La historia, cuya protagonista es una bruja enamoradiza, está narrada a modo de fábula con moraleja que dice que hay que tener cuidado con lo que se desea porque se puede cumplir. Y cuando se cumple, muchas veces no se cumple como uno quiere.
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