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domingo, 17 de marzo de 2019

Cuaderno de bitácora: Días del 73 al 76

Días del 73 al 76.

Hemos hecho una parada de 4 días en nuestra travesía para acercarnos a una nación africana de la que habíamos oído hablar. Queríamos conocerla y recoger las suficientes provisiones para la ruta que comenzamos el lunes. Debemos atravesar el Océano Atlántico y arribar a las costas del continente americano.

Botswana es un país del sur de África sin salida al mar, y su territorio está ocupado en gran parte por el enorme desierto de Kalahari. En Botswana apenas hay ríos y el agua escasea, por eso el agua es muy valiosa. Fíjate que incluso a la moneda del país se le llama pula, que significa “lluvia”.

Su extensión es un poco mayor que la de España. Sin embargo su población es mucho menor que la española. De hecho es más fácil cruzarse con un elefante que con un botswano, ya que este país alberga la mayor concentración de estos animales de África: unos 110.000.

Una de las principales riquezas de Botswana son las minas de diamantes. Estas valiosísimas piedras preciosas son la forma más pura del carbono, un elemento químico, y se usan para confeccionar diferentes piezas de joyería, como sortijas y brazaletes.

Botswana es el hogar de más variada fauna: elefantes, leones, rinocerontes, jirafas, cebras… Uno de los lugares de mayor concentración de estos animales salvajes es en el delta de interior que forma el río Okavango antes de desaparecer en e, desierto del Kalahari. Por cierto, ¿sabías que las rayas de las cebras no solo son bonitas, sino también muy útiles? Gracias a estas rayas, los leones, que o ven todo en blanco y negro, confunden a las cebras con la hierbas más altas de los pastos. 

Los bosquimanos, aborígenes de este país, recordaron hace 4.000 años con pinturas rupestres las Tsodilo Hills, un grupo de 4 montañas que emergen solitarias en medio del Kalahari y que, para ellos, son sagradas y, para nosotros, un espectáculo maravilloso.


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