Pero desde hace algún tiempo los elefantes que tienen orejas pequeñas y los elefantes que tienen orejas grandes se miran de forma un tanto extraña e inquietante...
Hasta que un elefante de orejas grandes pensó que daba igual que tuvieran orejas grandes o pequeñas porque todos eran elefantes. Entonces fue a decirle a los elefantes de orejas pequeñas lo que pensaba. Les convenció su idea y convivieron en paz.
Daniel de 2º de Primaria
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