AQUÍ OS DEJAMOS EL RELATO CON EL QUE HELIA HA GANADO EL II CERTAMEN DE RELATO CORTO EN LA CATEGORÍA JUVENIL DE CARABANCHEL ALTO POR EL DÍA DEL LIBRO.
DESEAMOS QUE DISFRUTÉIS CON SU LECTURA.
¡ENHORABUENA HELIA! ¡NO DEJES DE ESCRIBIR!
NOS QUEDAMOS EN CASA
¿Cómo? Al oír en el telediario la noticia explicando que no iba a haber clase por el Covid-19
me dejó algo más que impactada. No podía parar de hacerme preguntas, y me asaltaban un
montón de dudas. Aunque, por suerte conseguí recapacitar y me di cuenta que los
profesores lo explicarían y aclararían todo cuando llegásemos a clase el día siguiente.
La noticia se disparó por todo el colegio, y era el tema del que todo el mundo hablaba. Los
profesores de todo el centro y la dirección estaban alarmados por aquella situación tan
inesperada. Mi profesora Alba, dedicó a hablar de ello lo justo, para enterarnos mejor y estar
bien informados. Todos los profesores nos decían que no nos preocupásemos, porque iba
a ser algo muy puntual, de tan solo quince días, pero hasta los que lo decían sabían que eso
no era cierto.
Alba nos explicó que había varias formas de tomarse la situación: a broma, porque “íbamos
a tener vacaciones”, con tristeza, y no solucionaríamos nada, o, por el contrario afrontar la
situación como se pudiera, hacer caso a lo que nos dijera el gobierno, ayudar en la medida
de lo posible, cuidar de los mayores, evitar salir a la calle y hacer la tarea que pudiéramos
del colegio.
En verdad, eso íbamos a tener que hacer en quince días, que era tiempo, ¡vaya si lo era!
pero tampoco demasiado.
Me despedí de mis amigas no con mucha preocupación, porque las tres confiábamos en que
era algo que iba a durar quince días, cuando no fuera menos. Ojala hubiese sido así. Pero,
por desgracia, el confinamiento pasó a llamarse “cuarentena”. Ese fue el nombre que
adquirió pasadas unas semanas del cierre de los colegios, institutos, universidades y todos
los centros donde se produjeran aglomeraciones de gente. Los primeros días de cuarentena, fueron bastante normales; cada uno hizo su tarea del
colegio enviada por los profesores, y yo me conecté a mediados de la segunda semana a
clases online en mi academia de inglés, y la verdad eso ayudaba bastante, porque así nos
veíamos todos un poco las caras e iba a ser más fácil recuperar el hilo.
El primer mes de cuarentena horrible; mis padres estaban trabajando en el salón y yo
haciendo mis tareas como algo que se había convertido en costumbre, pero las terminaba
muy rápido todos los días y no tenía nada que hacer, con lo cual me aburría mucho. Cuando
ellos terminaban de trabajar, por suerte podíamos disfrutar del resto del día juntos.
La Semana Santa encerrados tuvo muchos lados positivos porque todos pudimos disfrutar
de un montonazo de tiempo juntos.
Al final, todos nos tuvimos que ir acostumbrando, por las buenas o por las malas a
adaptarnos a la cuarentena. Me acuerdo que imaginábamos muchas cosas, de cómo estaría
todo cuando esto acabase, de cómo sería el momento en el que toda la familia nos
reuniéramos… etc. Yo comencé a seguir las clases de una chica de internet para hacer
mandalas, aprendiendo bastante. También comencé a hacer el regalo de cumpleaños de
una amiga con las cosas que tenía en casa, y quedo bastante bien. Hablaba diariamente
con una de mis mejores amigas por mensajes y hacíamos video llamadas más o menos
cada dos días. No era muy feliz encerrada en casa, pero las llamadas a familiares lo aliviaban
todo.
Leí mucho, vi muchas series y películas en familia y disfrute del tiempo que podía con mis
padres.
Encontré una nueva afición por la papiroflexia y hacia muchas figuras de papel. Aplaudíamos
todos los días a las 20:00 junto con todos los vecinos que ponían música en la urbanización. Aproveche para hacer un poco de deporte, y al bajar la basura subía y bajaba por las
escaleras.
La cuarentena fue muy aburrida, pero por fin, el gobierno el día 30 de mayo, anunció a todos
los españoles que la normalidad volvía la semana siguiente. La semana pasó, y me costó
acostumbrarme a salir de casa, pero fue lo mejor. Por si las moscas, casi todos los niños
íbamos al colegio con mascarilla, y los que no podían comprársela, o no tenían, iban antes
de empezar las clases a la dirección para pedir una desechable.
Cuando vi a mis amigas, nos dimos un abrazo tan grande, que casi las tiro al suelo. Les di
mis regalos a dos de ellas que pasaron su cumpleaños en cuarentena. Les encantaron,
¡menos mal! Estaba muy contenta de ver a mi profe y a mis compañeros de clase, porque
por fin había acabado esa pesadilla.
Mi profesora nos mandó tarea mientras nos iba sacando de clase uno a uno para darnos un
abrazo, para que le contásemos todo lo que habíamos hecho, para darnos a cada uno una
tarjeta de papel decorada y también, (muy apropiado para aquellos momentos), una
mascarilla con nuestro nombre y nuestro curso escrito en letras de colores. Yo le di un abrazo
gigante, y también un beso, porque… que más daba si me contagiaba algo, la quería un
montón. Ay, ojala esto estuviese pasando ahora mismo… al fin y al cabo, de cualquier
manera que me lo imagine, el primer día llegará cargado de sorpresas.
Kristen Malgor