Día 6 de 365.
Nos quedamos en España.
Porque durante esta madrugada ha vuelto a ocurrir un suceso mágico que ocurre cada 6 de enero en cada una de las casas de los niños y niñas españoles. Esta madrugada han entrado en mi casa tres Reyes y han dejado en el salón regalos para mi y para los míos. El dia anterior esos Reyes se paseaban por las calles de nuestros pueblos y ciudades en la Cabalgata de los Reyes Magos y, aunque con frío, hemos salido a verles llegar en sus majestuosas carrozas, acompañados de sus pajes y de su séquito que lanzan caramelos a los niños alineados en las calles.
Después, y antes de acostarnos prontito para no verles, dejamos nuestros zapatos en un lugar donde los Reyes Magos los vean con total seguridad. Como sabíamos que a sus Majestades, les encantan los dulces dejé un polvorón para cada uno y un vaso de leche por si tenían sed. Para sus camellos les dejamos una cuenco con agua. La noche es muy larga y tienen muchísimo trabajo.
Por la mañana y después de abrir, emocionado e ilusionados, nuestros regalos hemos desayunados el típico Roscón de Reyes.
Existen muchos países del continente americano que lo celebran, manteniendo la tradición que les dejaron los españoles.
Por último, os voy a confesar un pequeño secreto: he debido de ser buena, porque me han traído todos los regalos que les pedí en la carta que les había mandado.
Porque durante esta madrugada ha vuelto a ocurrir un suceso mágico que ocurre cada 6 de enero en cada una de las casas de los niños y niñas españoles. Esta madrugada han entrado en mi casa tres Reyes y han dejado en el salón regalos para mi y para los míos. El dia anterior esos Reyes se paseaban por las calles de nuestros pueblos y ciudades en la Cabalgata de los Reyes Magos y, aunque con frío, hemos salido a verles llegar en sus majestuosas carrozas, acompañados de sus pajes y de su séquito que lanzan caramelos a los niños alineados en las calles.
Después, y antes de acostarnos prontito para no verles, dejamos nuestros zapatos en un lugar donde los Reyes Magos los vean con total seguridad. Como sabíamos que a sus Majestades, les encantan los dulces dejé un polvorón para cada uno y un vaso de leche por si tenían sed. Para sus camellos les dejamos una cuenco con agua. La noche es muy larga y tienen muchísimo trabajo.
Por la mañana y después de abrir, emocionado e ilusionados, nuestros regalos hemos desayunados el típico Roscón de Reyes.
Existen muchos países del continente americano que lo celebran, manteniendo la tradición que les dejaron los españoles.
Por último, os voy a confesar un pequeño secreto: he debido de ser buena, porque me han traído todos los regalos que les pedí en la carta que les había mandado.
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